domingo, abril 15, 2007

The Raconteurs -

De vez en cuando me obsesiono durante una temporada con alguna canción que me mole. Desde hace varias semanas no me puedo quitar de la cabeza la canción de este vídeo.


jueves, abril 12, 2007

El jaguar

Huelo a muerto.
En breve comenzaré a desprender el insoportable olor de la putrefacción; los gusanos se retorcerán unos contra otros en las cuencas de mis ojos; de mí únicamente quedará el uniforme raído.
A estas alturas, el jaguar sabrá que fui yo quien se chivó de todo: del robo del examen, del tráfico de licor y la venta de cigarros. Les informé claramente de quiénes formaban el circulo. También les hablé de las escapadas nocturnas a la cuidad, de las visitas a los burdeles y de las novelas picantes del poeta. Todo con tal de salir de este repugnante lugar: lo odio, y los odio a todos.
El primer día de internado estaba lloviendo. Los cadetes del segundo curso vinieron a humillarnos con la mayor crueldad de la que eran capaces. Comimos hierba, ladramos como perros, nos orinaron encima, corrimos desnudos por el patio y nos apalearon.
A todos menos al jaguar. Cuando fueron a por él se resistió. Partió la nariz a un cadete; dos de ellos le atacaron a la vez, él les agarró por los cabellos y estrelló sus cabezas una contra la otra. Llegó el más fuerte del 2º curso; se preparó para la lucha; se rió del jaguar con desprecio; el jaguar de un golpe lo dejó retorcido de dolor en el lodo, después lo pateó hasta que se aburrió; ya nadie se atrevió a detenerlo.
A cada instante siento la presencia del jaguar más cercana. Yo comienzo a difuminarme, se borran los contornos de mi cuerpo, los latidos de mi corazón apenas son audibles. Ninguna huella probará que he existido. Nadie recordará que me llamé el esclavo.


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