jueves, marzo 22, 2007

Atención: última carta de Jack el Destripador


Estimados señores de la prensa, comités de vecinos, comisionado de policía, detractores y (algunos) admiradores:
Quiero decir públicamente que los actos que he venido cometiendo hasta ahora llegan a su fin.
Se preguntarán el motivo por el que ceso en esta actividad que me está haciendo tan famoso; a continuación responderé a su pregunta.
En un principio mi labor tenía un origen científico, quería cuantificar valores que nunca han sido medidos: sadismo, pavor, miedo, crueldad.
Durante estos meses perdí la razón en nombre de la ciencia. Ahora me doy cuenta que he caminado por una senda equivocada. Mi investigación no ha dado ningún resultado y a cambio he provocado el horror.
En estos momentos recuerdo la mirada de todas aquellas mujeres que agonizaron bajo mi bisturí. Esas miradas me acompañarán el resto de mis días.
Recuerdo a Mary Jane Kelly. La descuarticé en su propia cama. Abrí su cuerpo desde la tráquea hasta el pubis; desperdigué sus órganos por la habitación; le corté las orejas, los pechos, la nariz; desfiguré su rostro hasta el horror.
Todas estas imágenes vivirán junto a mí y serán más severas que el peor juez que pueda condenarme, creedme.
Advierto a todos aquellos que pretendan iniciar el camino que yo he recorrido: solo les digo que nunca podrán huir de si mismo.
No pido perdón, no pido compasión. Únicamente quiero manifestar la repugnancia que siento hacia mí. Les aseguro que vivo en el infierno.
Me despido para siempre, desde el infierno.

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