sábado, marzo 18, 2006
El comisario Bolkestein, el sector servicios y un fontanero polaco
Todos ellos están relacionados.
El señor Bolkestein es un comisario europeo que decidió, hace cosa de un año, desregularizar el sector servicios europeo. Las medidas que sugirió comtemplaban la agilidad en los procedimientos para el establecimiento de empresas en otros países de UE, la extinción de barreras para la contratación de servicios por todo el continente, con el resultado de reducción de coste para las mismas.
Hasta ahí todo va bien; sin embargo la directiva incluye "el principio de país de origen" que viene a significar que cualquier empresa o prestador de servicios que se instala en otro país distinto al suyo únicamente obedece a la legislación de su propio estado. Es decir, que trabajadores de otros países pueden desplazarse a terceros, pero sin adaptarse a las regulaciones de sus nuevos estados, con lo cual harían la puñeta a los currante autóctonos. Es lo que se dado en llamar "el fontanero polaco".
Por otro lado también se teme el dumping o deslocalización, que viene ser la salida masiva de empresas hacia países cuya regulación laboral ofrece mayores incentivos (costes laborales, costes de despido, impuestos etc.)
Todas estas razones provocaron que Francia y otros países (Holanda, creo) rechazaran la constitución europea. Recordemos, España votó: sí.
Todo este rollo me ha costado dios y ayuda entenderlo. Y no solamente eso , sino que además lo he tenido que redactar en forma de artículo.
Intento arrojar un poco de luz en los misterios de la economía, aunque mis neuronas, en el mejor de los casos, me traicionan. Gracias Adam Smith por hacernos la vida un poco más compleja.
El señor Bolkestein es un comisario europeo que decidió, hace cosa de un año, desregularizar el sector servicios europeo. Las medidas que sugirió comtemplaban la agilidad en los procedimientos para el establecimiento de empresas en otros países de UE, la extinción de barreras para la contratación de servicios por todo el continente, con el resultado de reducción de coste para las mismas.
Hasta ahí todo va bien; sin embargo la directiva incluye "el principio de país de origen" que viene a significar que cualquier empresa o prestador de servicios que se instala en otro país distinto al suyo únicamente obedece a la legislación de su propio estado. Es decir, que trabajadores de otros países pueden desplazarse a terceros, pero sin adaptarse a las regulaciones de sus nuevos estados, con lo cual harían la puñeta a los currante autóctonos. Es lo que se dado en llamar "el fontanero polaco".
Por otro lado también se teme el dumping o deslocalización, que viene ser la salida masiva de empresas hacia países cuya regulación laboral ofrece mayores incentivos (costes laborales, costes de despido, impuestos etc.)
Todas estas razones provocaron que Francia y otros países (Holanda, creo) rechazaran la constitución europea. Recordemos, España votó: sí.
Todo este rollo me ha costado dios y ayuda entenderlo. Y no solamente eso , sino que además lo he tenido que redactar en forma de artículo.
Intento arrojar un poco de luz en los misterios de la economía, aunque mis neuronas, en el mejor de los casos, me traicionan. Gracias Adam Smith por hacernos la vida un poco más compleja.
