jueves, abril 06, 2006
Ya lo tengo

Sigue la misma línea que el anterior, aunque un poco más cañero, en algunos momentos.
En este disco podemos encontrar arreglos orquestales, como demuestra la portada (¿tendrá algo que ver que sea año Mozart?) ; también están los típicos estados de ánimo de Morrissey que abarcan desde la euforia hasta el victimismo, pasando por la ironía y el cabreo. En definitiva, buenas melodías con una voz muy particular y letras personales.
¿Qué más queréis si es Morrissey? un artista que en sus propias palabras es más querido que admirado.