jueves, agosto 31, 2006
Ya tengo tarjeta sanitaria
Después de treinta y dos años de existencia por fin estoy dentro de la seguridad social; tengo médico asignado; ya no estoy al margen del sistema sanitario.
Y aunque mis padres son médicos, lo cierto es que nunca la he necesitado, sobre todo por haber disfrutado de buena salud, más que por la diligencia y abnegación de mis progenitores.
Y puedo decir con puebras que en mi hogar se cumple aquel refrán que dice: en casa del herrero... etc. Ejemplo:
-Mamá, me duele la tripa.
-No te preocupes, es un pedo atravesao.
-¿Qué me puedo tomar?
-Tómate esto
-El prospecto dice que es para la garganta.
-Tú tómatelo.
Esto es verídico. No es ninguna venganza por mi parte (siempre que he necesitado asistencia sanitaria la he tenido).
Sinceramente, creo que iré poco al médico, en realidad nada; únicamente quería la tarjetita para dar un paso más hacia el fascinante mundo de los adultos (de los adultos mentales, quiero decir).
Y aunque mis padres son médicos, lo cierto es que nunca la he necesitado, sobre todo por haber disfrutado de buena salud, más que por la diligencia y abnegación de mis progenitores.
Y puedo decir con puebras que en mi hogar se cumple aquel refrán que dice: en casa del herrero... etc. Ejemplo:
-Mamá, me duele la tripa.
-No te preocupes, es un pedo atravesao.
-¿Qué me puedo tomar?
-Tómate esto
-El prospecto dice que es para la garganta.
-Tú tómatelo.
Esto es verídico. No es ninguna venganza por mi parte (siempre que he necesitado asistencia sanitaria la he tenido).
Sinceramente, creo que iré poco al médico, en realidad nada; únicamente quería la tarjetita para dar un paso más hacia el fascinante mundo de los adultos (de los adultos mentales, quiero decir).
